sábado, 9 de abril de 2011

La Euroliga más ganable

La semifinal entre los equipos rusos, una de las más pobres que se recuerdan en una Final Four, revalorizó las opciones españolas al título incluso antes de que Halcón Avenida y Ros Casares saltaran a la cancha. El Ekaterimburgo de Gundars Vetra volvió a fallar otro año más en el momento clave de la Euroliga y fue una caricatura de sí mismo. Anotar 16 puntos en la segunda mitad del encuentro y mostrar tan poca capacidad de reacción con semejante plantilla es, cuando menos, para reflexionar sobre si este multimillonario plantel está en buenas manos. Al Spartak de Pokey Chatman le bastó con mantenerse en el partido y realizar algunos ajustes defensivos tras el descanso para desquiciar a su rival. Un buen trabajo en equipo le dio la victoria, pero este Spartak no es el equipo estelar de antaño.

El Halcón Avenida también estuvo lejos de ofrecer su mejor versión pero su mayor profundidad de banquillo y las limitaciones ofensivas del Ros Casares volvieron a marcar la diferencia con el paso de los minutos. Al margen de las sensaciones dadas en las semifinales, esta final de la Euroliga es distinta a las disputadas en los últimos años por los equipos españoles.  Si bien las finales alcanzadas por Ros Casares (2007 y 2010) y Halcón Avenida (2009) fueron un premio con pocas posibilidades de éxito ante un Spartak galáctico, este año se presenta una final en la que el Avenida puede tratar de igual a igual al equipo ruso, sin temor a que las individualidades de Taurasi o Jackson dejen el título europeo en un sueño roto.
El Avenida tiene motivos para respetar al Spartak pero no para temerlo. Incluso, el equipo salmantino tiene más individualidades capaces de desequilibrar un partido que el moscovita. Simplemente, debe ser mejor que su rival el domingo. No existen motivos deportivos para el victimismo en esta ocasión. 


Además de los propios méritos del Halcón Avenida, se han dado los condicionantes para que el conjunto charro tenga más posibilidades que nunca de cumplir su sueño: un Spartak menos fiero, un Ekaterimburgo que ha fallado estrepitosamente en “su” Euroliga, un Ros Casares en horas bajas y un Fenerbahce marcado negativamente por el caso Taurasi. El Avenida tiene mimbres suficientes para proclamarse campeón. Es la Euroliga más ganable de los últimos años para un equipo español.