No hace
mucho tiempo, los equipos españoles acudían a las fases finales de la Euroliga
conscientes de su inferioridad respecto a los rusos. Entre 2003 y 2010, seis de
los ocho títulos euroligueros pertenecieron a Rusia. Especialmente dominador
resultó el Spartak, que con cuatro entorchados consecutivos (2007-10) se
convirtió en la bestia negra del baloncesto femenino español. Ros Casares
(2007, 2010) y Perfumerías Avenida (2009) fueron sus víctimas en tres de esas
finales.
Sin embargo,
el asesinato de Shabtai von Kalmanovich, mandamás del Spartak, cambió el sino
del club moscovita. Mientras el Ekaterimburgo seguía sin formar un equipo
ganador en Europa, los turcos parecían tomar el relevo. El positivo de Taurasi
por modafinilo rompió los esquemas de un Fenerbahce que parecía intratable hace
poco más de un año. Tanto el Galatasaray como el propio Fenerbahce se hicieron
con algunas de las mejores jugadoras del mundo para conquistar Europa este
domingo, pero los grandes nombres se apoyaban sobre una base frágil, algo que
se ha evidenciado en la Final a Ocho con las lesiones de Torrens y Taylor.
Y después
estaban los españoles. Perfumerías Avenida, con una excelente planificación
deportiva, alcanzó la gloria hace doce meses. Este domingo, Ros Casares y Rivas
Ecópolis serán los protagonistas. El club valenciano, con un equipo de ensueño,
está donde todos esperaban, mientras el Rivas es aquel invitado inesperado que
aparece en una fiesta y acaba cautivando a los allí presentes. El equipo de
Miguel Méndez se ha comportado con una madurez y una consistencia que le han
permitido aprovechar las debilidades de sus rivales. Precisamente, quienes
hemos sido críticos con el conjunto ripense por su trayectoria en Liga, éramos
conscientes de que su potencial era muy superior al mostrado a nivel nacional.
Valencianas
y ripenses se han enfrentado tres veces en la presente temporada, siempre con
victoria del Ros Casares. Sin embargo, como ya se demostró en la Copa de la
Reina, los precedentes no sirven en las finales. El aspecto psicológico será
una de las claves. Si el equipo valenciano juega con más ilusión que presión,
estará más cerca del título. En cualquier caso, España ya es campeona de la
Euroliga por segundo año consecutivo.
Eso sí, el
éxito europeo de los tres grandes equipos españoles no debe ser el árbol que
impida ver el bosque. No puede afirmarse que el baloncesto femenino español
goza de buena salud cuando hay jugadoras sin cobrar y demasiados equipos sin un
patrocinador que asegure su continuidad la próxima temporada. En estos casos es
cuando más necesarios son los dirigentes federativos, y no para salir en las
fotos junto a un trofeo.