“Nadal, ¿te casarás conmigo?”. Esta proposición de una joven australiana desde la grada del Rod Laver Arena será más recordada que el propio partido de ayer. El eslovaco Lukas Lacko no opuso resistencia al tenista balear. Fue un partido plácido para Nadal, quien solventó su pase a la tercera ronda en 1 hora y 53 minutos al vencer por un triple 6-2. Allí le espera un rival de mayor entidad, el alemán Philipp Kohlschreiber.
Nadal quiere a Australia y Australia quiere a Nadal. El idilio comenzó el año pasado cuando el español conquistó el corazón de los australianos con dos victorias épicas ante Verdasco y Federer. Fue su primer título en Melbourne y, tras el partido de ayer, ya acumula nueve victorias consecutivas en las antípodas. Su camino en este Abierto de Australia se antoja complicado visto el cuadro. La primera gran batalla de Nadal debería ser en cuartos de final ante el británico Andy Murray. Pero Rafa, bien aconsejado por su tío Toni, prefiere ir partido a partido. Y hace bien, porque algunos de los favoritos ya han sudado más de lo previsto en estas primeras rondas. Si el martes fue Igor Andreev quien puso en serios apuros al mismo Federer, ayer le tocó a Juan Martín del Potro. El argentino, cuarto cabeza de serie, vio de cerca la derrota ante un rejuvenecido James Blake. El norteamericano puso contra las cuerdas al gigante de Tandil pero acabó cediendo 10-8 en un dramático quinto set. Del Potro, lejos de su mejor forma, tiró de casta de campeón en el momento de la verdad para llevarse el partido.
Feliciano López fue el otro español en saltar ayer a la pista. El toledano cumplió los pronósticos y se impuso al aleman Rainer Schuettler en cuatro sets. Iguala así su mejor resultado en Melbourne, donde ya alcanzó la tercera ronda en tres ediciones. La mala noticia es que Andy Roddick le espera en su próximo partido. El estadounidense, número 7 del mundo, ha vencido a Feliciano en los cinco encuentros disputados entre ambos.
En el cuadro femenino, María José Martínez cayó ante la china Jie Zheng en tres sets. De este modo, Carla Suárez queda como única superviviente española en Melbourne tras la segunda ronda. El duelo de la jornada lo protagonizaron Justine Henin y Elena Dementieva. La belga consiguió su primera gran victoria tras su regreso a las pistas y presenta candidatura al título.