El sueño europeo del Sporting continúa. En Transilvania, que no es como Asturias, la patria querida, pero también tiene su encanto. Tierra del conde Drácula, a quien no se espera esta noche en el palco de honor.
Serán los jugadores del Cluj quienes esperen con los colmillos afilados. La sangre rojiblanca es ahora mismo un bien preciado por estas tierras y nuestro Preciado, Manuel, intentará que a su equipo no le hinquen el diente. Para ello deberá tener especial cuidado con el delantero Cristian Bud, quien ya ha provocado más de una sangría en esta Champions con sus ocho goles. El central Sastre intentará que Bud no le haga un traje. Y De las Cuevas, no las del conde Drácula, sino el medio del Sporting, es duda por molestias en un gemelo.
Como es habitual, el Sporting no estará sólo. Ni los vampiros ni las 20 horas de autobús han echado atrás a la mareona rojiblanca. Unos 500 sportinguistas acompañarán a su equipo en la tenebrosa noche rumana.
A las nueve menos cuarto, el Sporting tiene otra cita histórica con la Champions en el estadio Constantin Radulescu. En semifinales espera el Chelsea o el Milán, ¿pero quién dijo miedo? Si Drácula no asusta al Sporting, nadie lo podrá hacer.