2-5 en el quinto y decisivo set. Nicolás Almagro se acerca a David Ferrer, que ya descansa en su silla. Le dedica una mueca, le comenta el último punto y sonríe. Sabe que va a perder uno de los partidos más importantes de su carrera, un partido que tuvo ganado en múltiples ocasiones pero nunca supo rematar. No le importa. Las derrotas no le dejan cicatrices por grande que sea el acontecimiento. Es feliz dedicándose al tenis, perteneciendo a la élite y haciendo amigos en el circuito. No aspira a la grandeza. Por eso, las derrotas no le traumatizan como a los grandes campeones. Ni siquiera después de haber visto de cerca las primeras semifinales de su vida en un Grand Slam. Ni siquiera después de haber sacado tres veces para lograr su objetivo. Mañana será otro día y su ranking será deseado por la mayoría de jugadores del circuito.
Al otro lado de la red, Ferrer refleja lo contrario. Hubiera dado cualquier cosa por ganar el partido, aunque haya sido un habitual en semifinales de Grand Slam en los últimos años. Su orgullo y su competitividad le impiden olvidar una derrota. Por eso, se agarra a la pista aunque Almagro le saque de ella a raquetazos. Así sobrevive a un 4-6, 4-6 y 3-5 adverso, una situación en la que Almagro ya hubiera pensado en la ducha. Ferrer se siente inferior a su rival pero pelea a cada instante, sabedor de que esa es su única posibilidad. Y cuando es Almagro quien debe certificar la victoria, las opciones de voltear la situación aumentan notablemente. El tenista murciano, inseguro y precipitado, daba vida a Ferrer una y otra vez hasta que éste resucitó definitivamente y fue imparable (4-6, 4-6, 7-5, 7-6(4), 6-2).
El tenista alicantino necesitará aportar algo más que su habitual garra frente a Novak Djokovic en la semifinal delOpen de Australia que se disputa este jueves (9:30, hora peninsular). El serbio despachó a Tomas Berdych con autoridad, tras un segundo set en el que rebajó su intensidad y no pudo reaccionar a tiempo (6-1, 4-6, 6-4, 6-1).
Con mayor sufrimiento, Roger Federer alcanzó las semifinales. El suizo se mostró más errático que de costumbre ante un combativo Jo-Wilfried Tsonga. En un partido con muchas alternativas en el que predominaron los saques, Federer impuso su mayor templanza en dos tie-breaks que resultaron claves. El jugador francés no se vino abajo ante la adversidad, pero su empuje fue insuficiente ante el talento natural de Roger (7-6(4), 4-6, 7-6(4), 3-6, 6-3).Andy Murray le espera en la semifinal del viernes. El suizo necesitará afinar sus golpes desde el fondo de la pista para derribar al muro escocés. Murray convirtió su ronda de cuartos de final en una rutina. Su rival, Jeremy Chardy, nunca se sintió cómodo ante la consistencia y excelente defensa del británico (6-4, 6-1, 6-2).
En el cuadro femenino, Sloane Stephens (19 años) sorprendió a su ídolo Serena Williams (3-6, 7-5, 6-4). De este modo, Stephens (número 25 mundial) se confirma como la mayor candidata a enarbolar la bandera del tenis estadounidense cuando las hermanas Williams cuelguen la raqueta. Su próximo reto será batir a la número 1,Victoria Azarenka. Por su parte, Maria Sharapova avanza con paso firme (6-2, 6-2 contra Makarova) y se medirá en semifinales a Na Li. La jugadora china, finalista en Australia hace dos años, venció a Agnieszka Radwanska (7-5, 6-3).