Andy Murray superó a Nick Kyrgios en la primera ronda del US Open: 7-5, 6-3, 4-6 y 6-1. Por
tercera vez en la temporada, el tenista británico elimina al australiano de un
torneo de Grand Slam. Adrian Mannarino espera a Murray en la segunda ronda.
En su último US Open como jugador, Lleyton Hewitt observa desde la grada anticipándose a su futuro sin
raqueta. Con un semblante reflexivo y una tranquilidad casi inaudita, analiza a
Nick Kyrgios, un rebelde australiano
de otra generación a quien asesora en esta gira norteamericana.
El comportamiento de Kyrgios ha manchado su figura en las
últimas semanas, pero el azar le concede la oportunidad de cambiar el debate personal
por el deportivo con una gesta ante Andy Murray, tercer favorito al título en
el US Open.
Los primeros intercambios en la noche del estadio Arthur
Ashe ya muestran que el joven Nick desconoce el miedo en la pista. Agradece la
multitudinaria atención que genera y parece alimentarse de ella. Frente a él, Murray,
un veterano que siempre antepone la competición al espectáculo. El duelo entre
ambos es comparable al de un coche de carreras explosivo, ruidoso y tuneado,
contra uno de gama alta, elegante y fiable.
El juego directo e impaciente de Kyrgios resulta beneficioso
a corto plazo, pero sucumbe con el paso de los minutos ante el orden táctico y
la estabilidad mental de Murray. Nick maldice lo sucedido. Se queja porque unos
espectadores acceden a su asiento cuando no les corresponde o porque los focos
del estadio le molestan al sacar. Comienza su monólogo, que alterna con
destellos de talento.
Sin embargo, las prestaciones del británico en el momento
que define el primer set acreditan su condición de número tres mundial. Concentración
máxima, inteligencia táctica y sacrificio hasta el límite son cualidades que
Kyrgios aún no posee y Murray utiliza de forma rutinaria.
Sublime con su saque en los momentos de dificultad, el
escocés vuelve a imponer su estabilidad en el segundo set. Anula los siete
puntos de break de Kyrgios, cuya cabeza sigue revolucionada. El juego atrevido del
australiano castiga los segundos servicios de Murray, que flaquea al intentar
sobrevivir en el tercer parcial. Pero el motor de Kyrgios se para en ese
momento. Demasiado desgaste ante un rival tan exigente, demasiada energía desperdiciada
en cuestiones superfluas.
Nick se apaga y su actitud provoca abucheos desde la grada.
La madurez de Murray domina el show de Kyrgios, cuyo personaje sigue
ensombreciendo al tenista.
http://www.puntodebreak.com/2015/09/02/murray-controla-show-kyrgios
http://www.puntodebreak.com/2015/09/02/murray-controla-show-kyrgios