viernes, 30 de diciembre de 2011

Hejkova: "Lluveras era la jefa, la entrenadora y la directora general"

 
Natalia Hejkova, ex entrenadora del Ros Casares, rompe el silencio tras su destitución en una entrevista exclusiva de enCancha. En la primera entrega que hoy publicamos, Hejkova afirma que fue forzada a hacer cosas que no quería y que el estrés y la presión psicológica entrenando al Ros Casares llegaron a afectar su salud.

¿Cómo y cuándo supo que no seguiría entrenando al Ros Casares?
Después de ganar el partido de Euroliga contra el Lotos Gdynia, la directora general me dio la noticia y el entrenador asistente se lo dijo a las jugadoras en el vestuario, así como que presentarían al nuevo entrenador el día siguiente. 

¿Fue una decisión injusta?
Fue una decisión de la directora general y en casos como este, la entrenadora no tiene poder de decisión. Así es la vida de una entrenadora. Oí de ella que tenía un gran respeto por los resultados anteriores en mi carrera (4 títulos de Euroliga y 8 Finales a Cuatro disputadas) pero que yo iba en la dirección equivocada y no entendía la filosofía del club. 

¿Cree que la manera que tuvo el club de comunicarle su destitución fue correcta? ¿Se sintió respetada como entrenadora?
Sobre la manera, no lo sé porque nunca estuve en una situación así, pero recuerdo que sucedió lo mismo con el entrenador anterior. En los últimos 5 años, el Ros Casares ha tenido 7 entrenadores. Me sentí respetada por las jugadoras, pero no demasiado desde la dirección. Muchas decisiones mías fueron cambiadas o fui forzada a hacer cosas distintas a las que quería. El estrés y la presión psicológica fueron enormes. Esperaba esto antes de llegar. Sabía que querían grandes resultados, pero no esperaba que afectaría a mi trabajo diario. No pude hacer lo que era natural para mí y también me afectó en el ámbito personal, incluso a mi salud.

¿Está decepcionada con la sra. Lluveras o el sr. Ros?
Sí, lo estoy. La directora general fue entrenadora, así que esperaba conversaciones más constructivas, más cooperación, más apoyo, pero sólo escuché críticas y órdenes de lo que yo debía hacer. Ella era la jefa, la entrenadora y la directora general. Con el presidente, casi no tuve relación. 

La sra. Lluveras dijo que el equipo no iba en la dirección adecuada y a las jugadoras les faltaba intensidad y concentración. ¿Qué tiene que decir a esto?
La temporada es muy larga y no tuve la oportunidad de demostrar que mis métodos eran buenos. Pero no entiendo cómo pudimos ganar sin intensidad contra el Ekaterimburgo en el último cuarto, al Bourges en su casa por 27 puntos, al Galatasaray por 30 y en Salamanca por 29. La única vez que podría estar de acuerdo con eso fue después de perder contra el USK Praga y en Kaunas, pero esa no fue la única razón de las derrotas. 

El nuevo entrenador, sr. Íñiguez, dijo a su llegada que había mucho que mejorar en cuanto a dinámica de trabajo para hacer un grupo mejor, más unido, con más ojos que los del entrenador. ¿Qué opina al respecto?
Es una buena idea. Para un entrenador nuevo, sin mucha experiencia trabajando con mujeres y conociendo sus reacciones psicológicas al trabajo duro y la competición, es una idea que podría ser útil. Tiene un buen grupo de ayudantes y médicos. Yo fui criticada por trabajar demasiado individualmente.